viernes, 28 de febrero de 2014

Narri! Narro!



Estamos en carnaval! 


Una de esas épocas del año en las que parece que "todo vale". Dejamos a un lado los prejuicios, la compostura y nos dejamos llevar un tanto por el instinto, un poco por el niño que llevamos dentro para hacer, sin justificarnos, aquello que nos apetece (sin molestar demasiado al vecino, eh?). 

Nos transformamos en superhéroes, en personajes de cuentos infantiles, en seres mágicos bondadosos o maléficos, en divertidos objetos... comemos y bebemos, nos reunimos en grupo para disfrutar de lo carnal antes de comenzar un periodo de renacimiento espiritual.


Me gusta el carnaval, quizá porque de niña me encantaba andar disfrazada todo el día. Reconozco que hace tiempo que no me disfrazo mucho, vaya... con disfrazar a los niños, de momento, ya me vale, jeje.


Pero me encanta celebrar el "jueves lardero"y comer un buen trozo de longaniza (de Graus, a ser posible) o comer un chocolate caliente (a la española) con unos beignets (a la alsaciana), y reunir lo que más me gusta de la tradición de todos los lugares a los que me une el corazón para hacer estos días diferentes y especiales.

Después de estas líneas divagando entre lo humano y lo divino, os traigo unas fotos tomadas hace unos días en Oberkirch. Esta encantadora villa se encuentra en la Selva Negra y, en ella, al igual que en el resto de la zona, el carnaval se celebra por todo lo alto.

La mayoría de desfiles tienen lugar el lunes de carnaval, o Rosenmontag, pero casi cualquier día de esta semana se puede disfrutar de este tipo de espectáculo.

Diferentes agrupaciones de "narren"o bufones recorren las calles, unos asustando al chicos y mayores, otros haciendo "travesuras" inesperadas, o repartiendo dulces a los más pequeños.

En el caso de Oberkirch, el cortejo carnavalesco discurre a lo largo de una zona acotada de la ciudad, a la cual se accede previo pago de una pequeña cantidad de dinero que revertirá en el decorado y limpieza de las calles. Como justificante de esta aportación, los "narren"entregan una "chapa"significativa del carnaval.


Una vez se comienza a marchar por las calles donde discurrirá el desfile, numerosos puestos ofrecen comida y bebida a buen precio y la música típicamente festiva (alemana 100%) invita a bailar y disfrutar.

Como curiosidad os diré que este tipo de actos comienzan a horas peculiares, no a horas exactas como estamos acostumbrados en general. Aquí, en Oberkirch, el desfile comenzó a las 13:31... en otros sitios puede ser a las 11:11, o las 14:14...




Y empieza la fiesta. 

Al grito de: NARRI!!!! Todo el mundo responde: NARRO!


Máscaras terroríficas o simpáticas llenan de vida las calles... es un auténtico espectáculo de color y alegría... y de confetis.
























No os diré hasta dónde llevaba confeti cuando llegue a mi casa, pero sois libres de imaginar que seguro que acertáis.



NARRI! NARRO!