lunes, 29 de septiembre de 2008

Un paseo por Dordoña

A finales de agosto, mi compañero de la vida, o sea, mi marido y yo, nos decidimos a hacer una escapadita sin niños a la región de Perigord, en el sur de Francia. En poquitos días visitamos algunas poblaciones encantadoras, consideradas Villas de Arte y Cultura, en un retorno a la época medieval. En cuanto a gastronomía, destaca por ser una zona de producción de foie, nueces y trufa. Un placer para los sentidos... La verdad es que nos gustó mucho todo lo que vimos pero en especial la Catedral de Perigueux, la Abadía de Bratôme y todo el casco medieval de Sarlat. En cada una de estos lugares tuve alguna experiencia "quiltera" que endulzó todavía más el viaje. En Perigueux me hice una pequeñica caja de costura, para tener lo indispensable en cualquier lugar de la casa a la vez que decorarla.

En Brantôme (¡casualidades de la vida!) estaban organizando una exposición de Patchwork que comenzaba un día más tarde de nuestra partida, pero nos comentaron en el lugar de la exposición, que iban a comenzar a montarla con varios días de antelación y que podíamos intentar ver los trabajos antes de estar colgados. Y así lo hicimos. La exposición la organizaba Patch'Ami, una asociación de mujeres que se reúnen en una población cercana a coser un día a la semana. Los trabajos eran impresionantes, aunque, como entramos de "estrangis" no me pareció oportuno tomar fotos. Por último en Sarlat, visité "Aux Bonheurs de Sophie", una deliciosa tienda de patch y punto de cruz donde me hice con algunos caprichos: algo de Toile de Jouy, unos galones y algunos hilos.

También aproveché la estancia para comprar un par de revistas francesas de patch que no hago más que mirar y remirar en espera de disponer de tiempo y espacio para "atacar" alguno de sus proyectos.

martes, 23 de septiembre de 2008

Caracol, col, col...

Aquí os presento un viejo amigo de mis hijos que vive con nosotros desde hace ya varios meses. Éste es su primer "cacollll", como lo llaman ellos. La verdad es que es un gusto hacer cositas sencillas como ésta, con tan buen resultado y aceptación por parte de los pequeños. A ver si me pongo manos a la obra y le hago un compañero o compañera.
¡Gracias a Tone Finnanger y sus Tildas!

domingo, 21 de septiembre de 2008

Otra tacita de té

¿Qué os parece si nos tomamos otro poquito de té? Como ya os comenté en entradas anteriores, uno de mis objetivos para este riconcito es ir trayendo los pequeños tesoros que tengo en mi querida web. Hoy os propongo saber alguna curiosidad más sobre esta bebida tan deliciosa:
El árbol del té
El árbol del té es un árbol de hoja perenne que puede alcanzar, en estado silvestre, de 10 a 15 metros de altura. Sin embargo, con el fin de facilitar la cosecha de sus hojas por las recolectoras (siendo las más altas las mejores), se talla a unos 1,10 metros del suelo. Esta operación se realiza aproximadamente cada tres años.
El árbol del té crece generalmente en regiones tropicales o subtropicales. Las condiciones ideales de cultivo son un clima húmedo, una irradiación solar de un mínimo de cinco horas diarias, una humedad del aire entre 70 y 90 %, lluvias abundantes y regulares durante todo el año. Sin embargo, tolera, según las variedades, algunas variaciones de estos principios generales, como en los casos del árbol de té del caúcaso (43° Norte) y del árbol de té de la Argentina (27° Sur). Crece mejor en los suelos con PH ácido (4,5 à 5,5), bien drenados. De hecho, una tierra empapada podría ocasionar la putrefaccion de las raíces. Si las condiciones de cultivo sn buenas, no es sorprendente encontrar árboles de té en altitudes de hasta 2000-2500 metros.

martes, 2 de septiembre de 2008

De vuelta a casa

Tras unos días de desconexión en todos los sentidos, voy retomando poco a poco la rutina diaria. Mis peques vuelven al cole, papá al trabajo, y mamá a todo lo que pueda sin desfallecer en el intento. Dentro de unos días trataré de contaros un poco en qué consistieron mis pequeñas vacaciones, mis compritas, mis descubrimientos... Hoy, sin embargo, vamos a ver algún trabajito de patch, esos otros pequeños hijos, algo más desatendidos, pero que cuando han madurado nos llenan de orgullo por sencillos que sean. Éste es un porta-agujas que realicé hace unos meses, con el que probé algunos materiales desconocidos para mí, como un algodón que imita al lino con el que espero trabajar algo más porque me encanta el resultado que da y lo económico que es.

La verdad es que estoy encantada con él y espero que no sea el último que haga.